Hoy en día la ADMINISTRACIÓN, dada su dimensión, tiene una enorme presencia en la vida de cualquier ciudadano. Todos, en mayor o menor medida, en nuestra vida cotidiana, hemos de cursar una solicitud administrativa o liquidar un tributo.    

Pues bien, dentro de los plazos legales, la Agencia Tributaria (a nivel Local, Autonómica y/o Estatal, según el impuesto que resulte de su competencia), puede comprobar la autoliquidación de cualquier impuesto presentada por el contribuyente, iniciándose así un Expediente administrativo que, según los casos, puede tener una enorme trascendencia en la esfera patrimonial del afectado. 

En fin, quién no se ha visto afectado por una MULTA (de cualquier naturaleza)  o  por la denegación de un PERMISO,  de una LICENCIA o de una SUBVENCIÓN.

Por experiencia, muchos y severos disgustos se habrían evitado en no pocas ocasiones los afectados (todos al fin y al cabo lo somos) si, desde primera hora, hubieran confiado, a profesionales de la abogacía, la confección de exhaustivas ALEGACIONES de DESCARGO y RECURSOS en vía administrativa, pues la relación directa del interesado con la Administración, sin intermediación profesional, sólo genera desequilibrio y ventaja adicional a una Administración que, ya de por sí, cuenta con muchos recursos propios y se sirve de un lenguaje técnico y oscuro.     

Tenemos, asimismo, amplia experiencia en asesoramiento para la CONTRATACIÓN con la propia ADMINISTRACIÓN: objeto e identificación del contrato (con o sin división por lotes), presupuesto del contrato, requisitos de los licitadores (capacidad y solvencia y medios para su acreditación), proposiciones, forma de presentación y contenido, documentación técnica relativa a los criterios de valoración mediante juicio de valor, etc.

En suma, contar con asistencia letrada, desde el inicio de un Expediente administrativo, de cualquier naturaleza,  garantiza tanto al ciudadano como a la empresa interesados en el mismo, situarles en pie de igualdad con la ADMINISTRACIÓN, lo que, de entrada, siempre favorece la posición de aquellos.